En Chile, la suspensión de la licencia de conducir es una medida de apremio que se aplica a los deudores de pensión alimenticia que incumplen su obligación de pago. Esta sanción busca forzarlos a regularizar la deuda para poder recuperar el derecho a conducir.
Que el deudor tenga tres mensualidades impagas, continuas o discontinuas.
Que el alimentario o su representante solicite la suspensión ante el Juzgado de Familia correspondiente.
Que el tribunal verifique la deuda y resuelva la suspensión de la licencia.
Solicitud ante el tribunal: El alimentario o su representante legal solicita la suspensión de la licencia.
Resolución judicial: Si el tribunal acredita la deuda impaga, dicta una resolución que ordena la suspensión.
Notificación a organismos pertinentes: La resolución se informa al Registro Civil y a Carabineros de Chile, quienes registran la prohibición en sus sistemas y pueden fiscalizar el cumplimiento.
Se aplica a todas las licencias de conducir, incluyendo vehículos particulares, transporte público y carga.
El tribunal puede dejar sin efecto la suspensión si el deudor:
Paga la totalidad de la deuda.
Llega a un acuerdo de pago que sea aceptado por el tribunal.
Entrega garantías suficientes para asegurar el cumplimiento de la pensión.
Si el deudor sigue manejando con la licencia suspendida y es sorprendido por Carabineros, se expone a sanciones adicionales, incluyendo multas e incluso la inhabilitación definitiva para conducir en casos de reincidencia.
La suspensión de la licencia de conducir es una medida efectiva para presionar a los deudores a cumplir con el pago de la pensión alimenticia. Al afectar su movilidad y, en algunos casos, su fuente de ingresos, se genera un incentivo para regularizar la deuda y evitar sanciones más graves.